Mi amigo hablaba con gran originalidad sobre un tema fundamental y yo lo seguía con muchísimo interés porque, sin descontar la importancia del tema en sí, a mí mismo me había preocupado largo tiempo.
Con vigor, mi amigo apartaba toda anécdota y concentraba su razonamiento inflexible en el punto capital. En completo dominio de su arte, decía cosas esenciales sobre un tema esencial; y a mí me parecía estar frente a un profeta o a un taumaturgo, que dulcemente causaba en mi ánimo, la gradual perplejidad de la mayéutica.
Pero entonces, dijo «para siempre» y una salvaje digresión arrasó mi cerebro.
Me imaginé ese «para siempre» no de un par de años; ni siquiera de una completa vida humana; sino de miles y miles de años. De millones de años. De miles de millones, de millones de millones. Pero el tiempo no sólo avanzaba hacia un infinito futuro; avanzaba también, simúltaneamente, hacia un infinito pasado; y su velocidad, que al principio había transcurrido según la habitual sucesión de las horas, minutos y segundos; transcurría ahora en un instante. Un principio de horror empezó a invadirme; pero en seguida culminó porque el tiempo infinito dejó de promover ideas, sentimientos o imaginaciones. Había quedado absorto, como quien vuelve bruscamente a la vigilia; cuando mi amigo, que había hecho una pausa, retomó el hilo de su argumentación.
El tiempo ya nos destruyó, y mientras tanto, mi amigo habla y lo que dice es real y cierto; y yo siento realmente, la emoción estética de la verdad de lo que dice.
Con vigor, mi amigo apartaba toda anécdota y concentraba su razonamiento inflexible en el punto capital. En completo dominio de su arte, decía cosas esenciales sobre un tema esencial; y a mí me parecía estar frente a un profeta o a un taumaturgo, que dulcemente causaba en mi ánimo, la gradual perplejidad de la mayéutica.
Pero entonces, dijo «para siempre» y una salvaje digresión arrasó mi cerebro.
Me imaginé ese «para siempre» no de un par de años; ni siquiera de una completa vida humana; sino de miles y miles de años. De millones de años. De miles de millones, de millones de millones. Pero el tiempo no sólo avanzaba hacia un infinito futuro; avanzaba también, simúltaneamente, hacia un infinito pasado; y su velocidad, que al principio había transcurrido según la habitual sucesión de las horas, minutos y segundos; transcurría ahora en un instante. Un principio de horror empezó a invadirme; pero en seguida culminó porque el tiempo infinito dejó de promover ideas, sentimientos o imaginaciones. Había quedado absorto, como quien vuelve bruscamente a la vigilia; cuando mi amigo, que había hecho una pausa, retomó el hilo de su argumentación.
El tiempo ya nos destruyó, y mientras tanto, mi amigo habla y lo que dice es real y cierto; y yo siento realmente, la emoción estética de la verdad de lo que dice.
11 Comments:
Tu amigo podría dar clase en Exactas.
He decidido (luego de que la junta de filósofos y científicos que convoqué, y merced a su resolción) agregarte a mis favoritos.
Usté se lo merece.
Bueno, caramba, muchas gracias, Obucni.
Me quede pensando sobre el tema del cual hablaba. otra ves me quedo con medio post. Creo que tengo que comprarme un cerebro nuevo. No puede ser que siempre termine por comprender mitad de lo que dicen. Es horrible.
Ves, Pablo, yo en cambio, esta vez estoy del lado del que escribe y no necesito entender.
¡Qué injusto que se exija a los lectores que entiendan lo que leen, pero no se exija a los escritores que entiendan lo que escriben!
Hay palabras que tienen más posibilidades que otras, por ejemplo silla me da muchas menos posibilidades que siempre,
"Siempre" es una palabra que me abre la posibilidad de jugar con el tiempo, en el tiempo, y más allá del tiempo. Y hasta con el nunca.
Usted siempre me hace pensar, siempre, siempre, siempre...
Lo único que no entendi es cómo pudo volver del trance.
Tomar cabal comprensión de la palabra "siempre" es desvastador, por eso yo me cuido de jamás hacerlo. Cada vez que empleo "siempre" lo hago con el necesario cinismo y la sonrisa que disminuya el riesgo de tomar conciencia, de sentir la palabra, la idea en el cuerpo.
Empecé con "siempre", pero ahora ya tengo muchas palabras incorporadas a mi base de datos de vocablos peligrosos. Dentro de poco nada de lo que yo diga será dicho sin la correspondiente sorna defensiva.
Hasta es posible que deje de hablar y me quede simplemente sonriendo, como un idiota, o como quien ya lo sabe TODO...
aaaarrrghhhhhhh...
mi amiga de 10 años de terapia siempre dice :
Para siempre es lo que dure mi vida
Pablo, no se si es injusto o esta bien, intentar entender, el tema es q la sensacion despues de leerlo fue exactamente la misma,...cual seria el tema?
Seguimor pos lor páramos.
-Yo querría que este momento durara siempre -murmuré.
-Siempre es una palabra que no está permitida a los hombres -afirmó Ulrica y, para aminorar el énfasis, me pidió que le repitiera mi nombre, que no había oído bien.
"Ulrica", El libro de Arena, 1975 -creo-
El tiempo en espiral
El tiempo relativo
Los tiempos paralelos
Los tiempos distintos que confluyen
los que convergen...
El tiempo y el espacio
Los tiempos y los destinos
...Un jardín de senderos que se bifurcan...
Siempre implica tiempo.
"Qué es, pues, el tiempo?
Si nadie me lo pregunta, lo sé;
pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé."
(San Agustín)
Nos linkeamos?
Gabriel
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