
Nació en 1902, en el Bronx, de una familia de origen judeo-alemán. Tan temprano como 1916, contaba con experiencia en la mafia y la cárcel y, para 1928, ya regía su propio negocio de contrabando.
Poco tiempo después, Schultz añadía a su curriculum el lucrativo oficio de cobrar tributo a los bares clandestinos. La mayoría de los dueños de los bares cumplían puntualmente; pero uno quiso resistirle. Entonces Schultz lo hizo secuestrar, lo colgó por los pulgares de un gancho matarife y le restregó gasas embebidas en infecciones de gonorrea.
Ya dominaba Harlem cuando un secuaz suyo, Perro Loco Coll, formó su propia banda de gangsters y lo enfrentó. Schultz se amparó en un burdel y lo hizo seguir noche y día. Una tarde, mientras Coll hablaba por teléfono, tres asesinos rodearon la cabina con ametralladoras y le dispararon hasta cortarlo en dos.
En otra ocasión, tras enterarse de que su contador le robaba, Schultz lo invitó a tomar unas copas y, en un instante, sacó un revólver de entre su chaleco, lo puso en la boca del contador y le voló la cabeza. Pero el brusco asesinato no había logrado sosegar su furia intoxicada, se empecinó aún con el cadáver y en una suerte de rabiosa ceremonia, le rasgó el pecho a puñaladas y le arrancó el corazón.
Su propio turno no tardó en llegar. La ráfaga de un asesino a sueldo lo encontró en el mingitorio de un bar, tratando torpemente de alcanzar su chuchillo, la única arma que llevaba. Todavía vivo, a Schultz le pareció indigno morir sobre el piso de un baño público, así que caminó atolondrado hasta una mesa y allí se desplomó. En el hospital, tres detectives lo interrogaron mientras las heridas, la morfina y la fiebre lo aniquilaban.
Estas son algunas de las extrañas, absurdas, acaso poéticas palabras que los detectives registraron:
Please make it quick; fast and furious; please... fast and furious. The glove will fit what I say...Oh, kayiyi, kayiyi! Well, then...Oh, Cocoa; No, Hoboe and Poboe I think I mean the same thing. See, George, if we wanted to break the ring. Oh, Oh, dog Biscuit, and when he is happy he doesn't get snappy. Oh, go ahead; that happens for crying; I don't want harmony; I want harmony. Oh, mamma, mamma, please don't tear; don't rip; that is something that shouldn't be spoke about. You can play jacks, and girls do that with a soft ball and do tricks with it. A boy has never wept...nor dashed a thousand kin. Mamma, mamma...oh, memory is gone.
Sus cuatro últimas palabras fueron French canadian bean soup y luego murió. Éstas palabras (y el resto de su discurso alucinado y moribundo -que se parece tanto o tan poco a quien fue-) son estudiadas en las universidades y provocaron obras de autores tan disímiles como Doctorow y William Burroughs.
7 Comments:
Gran historia.
Se podría escribir un librito que se llame "Flegenheimer's Wake".
Un poco obvio, quizás.
Pasé y quería saludarlo, abrazo.
Yo paso de vista, pero acá hace mucho qu eno se postea.
Muy bueno, pero no entiendo el inglés. Una pregunta ¿puede que haya visto una parte de esta historia en una pelicula?
Efectivamente, Davor, Flegenheimer y sus hazañas han sido tratadas en dos películas, que yo recuerde: Billy Bathgate (1991) de Robert Benton, donde Dustin Hoffman interpretaba al Holandés y en la extraordinaria The Cotton Club (1984), de Coppola, donde James Remar no interpretaba, sino que era Schultz y Nicolas Cage hacía el papel de Vincent Mad Dog Coll.
hay una tercera, en la que unos gunsters negros se enfrentan a el. no se quien hace del holandes, ni recuerdo el titulo. es del 97 y andy garcia hace de luky luciano.
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