Sobre cajas, trapos y basura, un hombre más vil que un mendigo escribe en un cuaderno. Tiene el pelo hirsuto, casi rasta; la barba inmunda y la piel de ese color moreno que provoca la suciedad y la intemperie.
Todos los días lo veo al pasar, rídiculo, quebrado por la vida, escribiendo cuadernos demenciales.
Ahora mismo yo no soy diferente de él. Nadie lo es.
Todos los días lo veo al pasar, rídiculo, quebrado por la vida, escribiendo cuadernos demenciales.
Ahora mismo yo no soy diferente de él. Nadie lo es.