sábado, mayo 05, 2007

El último post tenía la intención de ser burlón, sin embargo, cuando ya tenía escrita la primera parte y había pasado el texto a la plantilla de blogger, escribí, sin ser yo, el lamentoso colofón existencial.
¿Por qué lo dejé? No tengo idea (siempre se puede diseñar un alegato -al fin de cuentas, la hermeneútica es una fantástica estigia en la que hasta el talón queda sumergido-).

Del mismo modo, ausente, escribo este blog que me desagrada porque menciona o indaga las locuras y contradicciones y disparates y paradojas del hombre sin ofrecer ningún remedio.
Bufón, cínico, huraño, sileno torpe, detesto ser y –mansamente- soy.